jueves, 25 de junio de 2009

FIESTA DE SAN JUAN

Hasta hacen cuatro años atrás, mas o menos, cada 23 de junio en la noche, denominada "Víspera de San Juan" aca en Bolivia se festejaba en medio de grandes fogatas, ponche, sucumbé, fuegos artificiales y baile.
Cuando era niña y hasta mi juventud, nos preparábamos para festejar en grande, primero ubicábamos una casa con patio grande o una calle ancha, mejor si era de tierra, apilábamos gran cantidad de leña, pero también ropas viejas y todo lo que queríamos quemar, preparábamos la famosa "leche de tigre" (que aún ignoro porque se la llamaba así) consistente en leche caliente con singani, canela y azùcar y alistábamos un tocadiscos y discos de vinil con la música de moda (cuando no podíamos contratar una banda). Encendíamos la fogata y bailábamos sin parar, especialmente la música nacional que es y será las más alegre. Hacíamos rondas alrededor de la fogata, y llegado un momento, los más avezados sáltabamos la fogata, "para alejar al diablo de nuestro cuerpo" (segùn nuestros abuelos). ¿De donde vino esta tradición? no lo sé, se pierde en el recuerdo de nuestros antepasados, pero nosotros lo practicábamos porque ya era una tradición ineludible además de agradable. A las doce de la noche y hasta las doce del medio día del 24, se echaban suertes con barras de plomo primero, luego surgieron las barras de estaño, para saber que nos aguardaba el destino para ese año. La persona que quería saber su suerte, agarraba una cuchara y la colocaba con la barra de estaño dentro, sobre una hornilla elèctrica, hasta que se fundiera por completo la barra, al lado siempre teníamos un bañador o pocillo con agua fría, de modo que cuando el estaño estaba derretido, con un movimiento firme y rápido, se vaciaba el estaño o plomo en el agua, formándose así caprichosas figuras que vaticinaban el provenir. Es increíble como seguíamos a "pie juntillas" dicha tradición. ¡Hasta sabía interpretar las figuras que se formaban! Otra forma de echar la suerte era con la vela, eso hacíamos las y los solteros, agarrábamos una vela encendida, la inclinábamos sobre el agua fria que estaba en movimiento, nuestra mano no de bía moverse, ya que con la parafina que caía derretida, se iban formando letras o iniciales de quien iba a ser nuestra pareja o conyugue. Ahora, por el daño que se hace al medio ambiente, ya no se quema, la "leche de tigre" se reemplazó por el sucumbé, y (como dice el párroco de la iglesia de "San Miguel") ahora se convirtió en la "fiesta de la salchicha" porque se consume bastante hot dogs esa noche.

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