viernes, 4 de septiembre de 2009

¡DISCULPE USTED!

¡Disculpe usted señor Presidente! pero estoy cansada de oirlo "parlotear", criticar y atacar sin cesar con toda la arrogancia y prepotencia nacida de su falta de tacto y conocimiento.
Hace unos dos años atrás, le escuché criticar a los atletas, diciendo que era una verguenza que no ganaran o no llegaran a las marcas mínimas. ¿Que sabe usted de todas las penurias que pasan los atletas y sus padres?Si, los padres porque son los únicos que solventan los gastos de sus hijos. No estoy hablando de futbolistas que reciben buenos sueldos, sino de los atletas que corren 100, 200, 400 o 3.000 ms; que realizan salto largo, salto alto, con garrocha, vallas; lanzadores de discos, bala, martillo etc. como verá hay miles de esta disciplina, pero estos muchachos y muchachas lo realizan por amor al deporte, sin recibir pago o sueldo algunos. Usted no sabe como soportan el sol fuerte o la lluvia o el intenso frío solo por amor a lo que hacen. En cuanto a los mas pequeños, son los padres de familia quienes sacrifican no solo sus días y horas de descanso, sino parte de la economía familiar para comprarles las zapatillas especiales cuyos precios oscilan entre 50 a 120 dólares (eso si encuentran en plaza) los clavos y otros elementos necesarios. Usted no sabe lo que sufren cuando tienen que viajar al interior del país, a veces en buses malos, llegando a hospedajes de ínfima categoría porque las federaciones atléticas no cuentan con el dinero suficiente para alojarlos en lugares más decentes. Usted no sabe como hay atletas jóvenes que prometen mucho pero van abandonando porque en sus colegios o en sus Universidades no les alientan ni quieren dar permiso o porque la alimentación de estos jóvenes, especialmente los mas humildes, es paupérrima, insana e indigna de un deportista. Usted que sabe sobre las veces que los atletas no pueden ensayar por falta de pista, ya que les cierran el Stadium porque hay campeonatos o partidos futbolísticos. Todo esto es poco sobre las verdaderas dificultades que tienen estos atletas, que no reciben ayuda alguna del Estado o del gobierno de turno, y encima los critican.
Disculpe usted, señor Presidente, si tampoco apruebo su forma de burlarse de Dios y de criticar a la Iglesia Católica. Parece que no toma en cuenta que la Iglesia está conformada por seres humanos, como usted o como yo, llenos de imperfecciones y defectos pero también de muchas virtudes. Los sacerdotes y religiosas no son santos y santas, son hombres y mujeres que llevados por su fe tratan de llegar a la santidad, mediante acciones, oraciones y privaciones, pero a veces son tentados por sus mismos feligreses. Para usted es fácil criticar o burlarse si cometen un error, pero si se encontrara en la misma situación,¿sabría vencerlas?
El hecho de ser Presidente no le da derecho a menospreciar, criticar ni atacar a sus semejantes, donde no se libran ni sus propios compañeros. Lo que usted está haciendo es "escupir al cielo" pero cualquier momento esos "escupitajos" le caerán encima.