domingo, 5 de julio de 2009

DICTADURAS (PARTE I)

Cuando leo o escucho que en algún país se derrocó la democracia y se instauró la dictadura, me viene a la memoria la época que me tocó vivir, gran parte de mi vida, con gobiernos militares, de facto y golpistas.
Cuando era joven universitaria, como la mayoría de todos los jóvenes, llevábamos el idealismo por dentro, luchábamos contra la injusticia, el rascismo, el regionalismo y toda otra fobia. Luché contra el gobierno del Gral. Banzer en cuya dictadura nos acalló a los universitarios cerrando las universidades pùblicas por casi 7 años. Pero la peor fué cuando el Gral. García Meza se apoderó del país, junto a Luis Arce Gómez (el Ministro de la cocaina) y muchos otros más hicieron de Bolivia su feudo personal, amenazaron, amedrentaron, encarcelaron y asesinaron a muchos compatriotas. Recuerdo cuando hubo el golpe, el 17 de julio del año 1980, uno de mis hermanos (canta-autor) tuvo que escapar porque era buscado por los paramilitares, por órdenes del nefasto Ministro del Interior Luis Arce Gómez. Un amigo policía lo ocultó, luego nos las ingeniamos para hacerlo entrar en una embajada donde pidió asilo. A los pocos días fueron a allanar mi casa, recuerdo como entraron a romper las cosas, a buscar hasta en las macetas que teníamos, aduciendo que podíamos estar ocultando armas. Me acuerdo que mi mamá entonces administraba una panadería y tenía en su poder una cantidad importante de dinero que era para comprar harina y otros insumos, ese dinero se lo guardaron ante nuestra impotencia y rabia. A partir de ese día, cuando empezaba a anochecer, me venía un terror grande, pues pensaba que iban a regresar cualquier momento y a llevarme con ellos, ya que así hicieron con otras familias, al no encontrar al que buscaban, se llevaban a los hermanos o hijos, durante el día iba a la Universidad y a la Iglesia, para aburrirlo al paramilitar que me seguía seguramente para averiguar el paradero de mi hermano.
Cuando iba a la Universidad a pasar clases, tenía miedo contar a nadie lo que nos pasaba, ya que no estaba segura en quien confiar, pues el día del allanamiento al salir a la puerta, ví a uno de los paramilitares que cuidaba la misma con una metralleta, un muchacho joven que reconocí como un compañero de la facultad...

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