viernes, 10 de julio de 2009

DICTADURAS (CONCLUSION)

Aclaro que mi hermano no era ni es líder de ningún partido, ni es comunista, fué perseguido porque cantaba y componía canciones de sentido social, ni siquiera de protesta, para que vean la ignorancia de los que usurpaban el poder (creo que no es novedad en todas las dictaduras). Sufrimos mucho, tuvimos pérdidas, pero gracias a Dios salvamos la vida, aunque me tomó años vencer el trauma sufrido.
Pero no me quedé tranquila, estuve en la huelga de hambre de los universitarios en la parroquia de San Francisco, tuve que salirme por mi salud, pero eso no impidió que esté en el grupo que hacía guardia en la puerta para impedir que hicieran daño a los huelguistas, ya que el gobierno hacía introducir agua con raticida. Una noche nos gasificaron, pero no era un gas simple, ya que mi cara empezó a hincharse y mis ojos me ardían mucho, entonces como por arte de magia, aparecieron las señoras vendedoras del Mercado Lanza, que se encuentra a unos metros de ahí, portando en papeles periódicos mucho bicarbonato, con el cual nos frotaron la cara y los ojos produciendo así un gran alivio. Ahí ví que el pueblo también se unía a nosotros. Los días siguientes fueron de paros y protestas incluso de todos los alumnos de colegios, quienes al pasar por donde estábamos nosotros, nos aplaudián y nos vitoreaban. Luego con el paro decretado por la COB el movimiento se hizo grande, lo cual causó la caída de ese Gobierno.
Ayer ví como ese señor que tanto daño nos causó, llegaba desde Estados Unidos para cumplir con la sentencia judicial dictada hacia años. Ya no era el personaje prepotente, altivo y mandamás que conocíamos, sino un viejo acabado. No le guardo rencor alguno, sé que Dios es quién le juzgará por todas sus actuaciones y órdenes impartidas contra la vida y libertad de otros seres humanos. Ojalá que declare donde se encuentran los restos de las personas vilmente asesinadas, ya que merecen tener una cristiana sepultura.

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